En la época actual en la que vivimos, no es ningún secreto que estamos inundados de productos relacionados con superhéroes. Sin embargo, en medio de esta avalancha de productos de dudosa calidad, Blue Beetle emerge como una propuesta cautivadora y familiar. A pesar de tener una duración de un poco más de 2 horas, la película mantiene un ritmo que evita que nos sintamos agotados. Aunque su historia puede resultar predecible en ciertos aspectos (se trata de una historia de origen en la que el protagonista debe aprender a manejar sus poderes frente a las adversidades), la relación entre Jaime Reyes y el escarabajo azul alienígena aporta un toque fresco a este tipo de tramas.
Si bien la película apunta a contarnos una historia de héroes, su punto más destacado, al menos en mi opinión, es el vínculo familiar que se muestra en la trama. Este lazo llega a ser el corazón de la película y logra establecer una conexión especial con los espectadores latinos, dejando así una impresión perdurable en el género.
Xolo, su lucha para ayudar a su familia y su manto como Blue Beetle.
Xolo Maridueña, reconocido por su papel protagónico en Cobra Kai, ofrece una interpretación excepcional como Jaime, dotando al personaje con una encantadora mezcla de ingenuidad, preocupación e incertidumbre. El actor logra transmitir las preocupaciones de alguien que ama a su familia y al mismo tiempo observa cómo tanto su familia como la comunidad latina luchan contra los estragos de la gentrificación. La película establece de manera efectiva una marcada división entre los privilegiados y los menos afortunados, personificada en las impresionantes torres de Palmera City, que se alzan imponentes sobre los vecindarios marginados.
Jaime no es reducido al típico personaje que ha perdido todo, que enfrenta problemas familiares o que lleva una vida problemática, solo para encontrar su rumbo gracias a sus poderes. En cambio, su historia se enmarca en una serie de fracasos continuos en un sistema económico al que ha luchado incansablemente por superar, con la esperanza de poder ayudar a su familia. Sin embargo, sus esfuerzos son en vano, lo que lo lleva a una nueva realidad que contradice el llamado «sueño americano». Jaime regresa triunfalmente con un título universitario y esperanzas de movilidad social para su familia, solo para terminar trabajando como personal de limpieza en la mansión de la CEO de tecnología, Victoria Kord, interpretada por Susan Sarandon (de quien hablaré más adelante).
Dentro de esta reflexión sobre las diferentes clases sociales, se desarrolla una emocionante aventura de origen. El traje es visualmente impresionante (lo cual me sorprendió, dada la decepción visual que fue «Flash»), logrando un equilibrio entre elementos tecnológicos y orgánicos. Además, rinde homenaje a los fans del Blue Beetle de los cómics al incorporar los atuendos de los anteriores Blue Beetles (sí, la película explica que Jaime es el tercero en la línea), Dan Garrett y Ted Kord. Estos atuendos tienen un peso significativo en la trama, capturando el espíritu nostálgico de los héroes del siglo XX sin caer en lo ridículo. Incluso el conocido “Bug Ship” se presenta de manera funcional y práctica, al mismo tiempo que se mantiene fiel a sus raíces.
El traje del tercer portador puede desencadenar todo el poder del escarabajo al fusionarse con su columna vertebral, a diferencia de Garrett y Kord, quienes simplemente se disfrazaban con trajes más rudimentarios para transformarse en sus alter egos.
Desafortunadamente, el concepto del «elegido» en Blue Beetle resulta predecible, y el propio escarabajo carece de la hostilidad presente en las versiones cómicas. La invención alienígena (con la voz de Becky G) resulta sorprendentemente entrañable y adopta un tono bilingüe hacia el final, aunque su personalidad claramente se adapta a una audiencia cinematográfica más amplia en lugar de a los lectores de cómics.
La familia Reyes se lleva el show.
Para que la familia Reyes funcione como ancla emocional para el inesperado ascenso de Jaime como superhéroe, debe complementar el carisma de Maridueña, y lo logra de manera espectacular. Desde la matriarca Nana Reyes (Adriana Barraza) hasta los padres de Jaime (Elpidia Carrillo y Damián Alcázar), su tío anarquista Rudy (George López) y la intrépida hermana menor Milagro (Belissa Escobedo), la química familiar es palpable. Este grupo se siente auténtico: cariñoso, protector y expresivo en sus interacciones.
Damián Alcázar ofrece una destacada actuación como el padre de Jaime, brindando momentos que impactan profundamente en la vida de Jaime. George Lopez aporta carisma al cinismo de Rudy, interpretando al personaje excepcionalmente y añadiendo su propio estilo excéntrico. Adriana Barraza aporta momentos cómicos en pantalla pero también transmite una gran voluntad que llena de valentía a los demás personajes. La familia es esencial para Jaime, y la película refleja tanto su relación con ellos como su desarrollo como héroe. Sin embargo, es necesario mencionar que en ocasiones se siente como si la película preferiera otorgar protagonismo a la familia en lugar de centrarse en Jaime mismo, lo que podría afectar la experiencia, ya que, al fin y al cabo, nos están narrando la historia de origen de Jaime.
Lo maravilloso de Blue Beetle radica en su autenticidad, vitalidad y en su fuerte identidad latina. El uso fluido del inglés y el español en las conversaciones refleja una auténtica realidad bilingüe en lugar de parecer forzado.
No todo lo azul es bueno
La inclusión de Jenny Kord (Bruna Marquezine), la hija de Ted, lamentablemente cae en los clichés habituales de interés amoroso y dispositivo expositivo presentes en las películas de superhéroes. Aunque experimenta cierta evolución a lo largo de la película, esta no logra ser memorable.
De manera similar, las motivaciones de Victoria Kord representan el punto más débil de la película. Aunque su enojo por perder el puesto de directora ejecutiva en Kord Industries frente a su difunto hermano plantea un aspecto intrigante, la película apenas raspa la superficie de su psicología. Susan Sarandon hace lo mejor que puede con el personaje, pero como villana, Victoria carece de profundidad. Esta falta de desarrollo limita el impacto de la confrontación final en el clímax de la película. También se encuentra Ignacio Carapax, interpretado por Raoul Trujillo, quien es la mano derecha de Victoria. Aunque su historia posee cierta profundidad interesante, termina convirtiéndose en el típico villano genérico de las películas de superhéroes, siendo la antítesis del protagonista.
Las secuencias de acción son bastante olvidables; cuando se ven en pantalla, no logran generar una gran emoción, lo cual puede ser un punto crítico dado el género de la película. A pesar de contar con efectos visuales bien realizados, las escenas de acción carecen de un acompañamiento musical memorable. Hablando de la banda sonora, a lo largo de la película se emplea mucha música latina de referencia (Cerati, Calle 13, Vicente Fernández, Selena, entre otros). Sin embargo, esto puede llegar a ser abrumador en la película, ya que en ciertos momentos se siente una sobreabundancia de estas referencias musicales, y en lugar de enriquecer la experiencia, dan la sensación de saturación y parecen utilizadas únicamente como un recordatorio constante de la cultura del público objetivo.
Veredicto Final
Spoiler Alert 
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